Relatos históricos.
Al igual que todos los pueblos de sierra, los Karankis fueron desconstituídos como pueblo en tiempos de la Colonia, su territorio fue fraccionado en encomiendas y su población encomendada en cada uno de estas, para cumplir con los tributos que se imponían a los pueblos indígenas. El proceso de evangelización que este pueblo sufrió, terminó con todas las prácticas simbólico-lúdicas que realizaban antes de la llegada de los españoles.
Para este pueblo, luchar por el reconocimiento de sus tierras les significó, enfrentamientos con los hacendados, que se negaban a entregarles parte de la hacienda que ellos habían trabajado por más de 15 generaciones, trabajo en cierta manera reconocida por la reforma agraria dictada por el estado en la década de los 60, convirtiéndose así en pequeños propietarios minifundistas, casi improductivos. La lucha de líderes como la Ñusta Kilazo o Benjamín Ñuca en la actualidad, han permitido a este pueblo luchar por sus derechos, así como trabajar por la reconstrucción de su cultura.